Estilo nórdico: aprende a decorar con armonía y equilibrio

La decoración nórdica es una tendencia que surge del estilo escandinavo. Sus peculiaridades residen en la elección de los materiales justos y necesarios para crear, con muy poco, un diseño de interiores simple, natural y funcional. Un equilibrio y armonía con el que la mayoría de personas buscamos impregnar nuestras estancias.

Porque, si te preguntasen como sería la casa de tus sueños, probablemente responderías diciendo que te gustaría que cada uno de sus milímetros espaciales estuvieran dotados de un completo aire de confort y bienestar. Y el estilo nórdico es, precisamente, una de las tendencias que consiguen con creces la obtención de ambas sensaciones.

Lo sencillo gusta y los espacios diáfanos atrapan por su belleza, pero lejos de parecer excesivamente fríos o aburridos, el estilo nórdico contiene esa dosis perfecta para contrastar estos ambientes minimalistas con detalles transmisores de calidez, cercanía y abrazo.

Un estilo que va mucho más allá de las estancias claras y minimalistas en colores neutros, para sorprender además con una estética sencilla y funcional centrada, única y exclusivamente, en la creación de espacios tan cómodos como acogedores. Lo más importante para lograr una decoración nórdica exitosa es encontrar el equilibrio perfecto entre simplicidad y elegancia. ¡Y qué combinación!

Porque contar con los elementos justos, sin que la decoración de tus espacios suponga un dolor de cabeza y, además, conseguir que su estilo sea tan bonito que no te deje separar la vista ni un minuto de él, es algo que solo es capaz de conseguir esta influencia nórdica.

Su creciente popularidad se debe a la mezcla exquisita de simplicidad, neutralidad, naturaleza y luminosidad. Aquellos ingredientes necesarios que actúan como sazonador ideal para la creación de hogares tan acogedores, como relajados. ¿Es o no es una fantasía?

Los orígenes del estilo nórdico y el porqué de su influencia en decoración

El estilo nórdico en la decoración de interiores se originó en la década de 1950 en los países nórdicos, como Suecia, Noruega y Finlandia. En ese momento, los arquitectos y decoradores de estos países buscaban una forma de decoración que reflejara la identidad cultural de la región y se adaptara a los climas gélidos por los que se caracterizan.

Países caracterizados por sus climas duros y por la poca presencia de la luz del sol y en los que, por tanto, crear estancias acogedoras y agradables resultaba especialmente importante. Atmósferas que permitieran disfrutar de las sensaciones que te proporcionaran pero que, a su vez, fueran de lo más funcionales capaces de ser aprovechadas en cada milímetro. De ser disfrutadas.

El resultado fue un estilo de decoración caracterizado por el uso de materiales naturales, como la madera, el cuero y el lino, la elección de tonalidades neutras, y una forma de decoración enfocada en la simplicidad y la funcionalidad.

A lo largo de los años, el estilo nórdico en la decoración de interiores ha ganado popularidad en todo el mundo, y se ha adoptado como una filosofía decorativa más allá de estos países nórdicos, que son la fiel representación de su esencia.

Hoy en día, la idea base de esta decoración sigue caracterizándose por una fusión de la estética tradicional nórdica con elementos decorativos que incluyen la utilización de materiales naturales, una paleta de colores neutros, un énfasis en la simplicidad y la funcionalidad, y una decoración que se enfoca en la luz natural.

Su belleza sencilla y su funcionalidad en la búsqueda constante de una forma de decoración tan elegante como práctica, han convertido al estilo nórdico en una de las opciones favoritas de los profesionales de la decoración. Y después de leer esta noticia, estamos seguros que tú también estarás deseando impregnar tu hogar con sus influencias.

Bonito salón comedor decorado con estilo nórdico y microcemento gris en la pared
Coqueto loft de estilo nórdico y pared de microcemento

Las claves del estilo nórdico: 5 básicos decorativos que te ayudarán a conseguirlo

Aunque pueda resultarnos increíble, la sencillez del estilo nórdico ya no solo se plasma en los elementos que componen su aspecto, sino también en la forma de lograrlo en cada estancia. Una decoración que convierte en fácil hacer de los lugares auténticos refugios personales a través de trucos tan sencillos como efectivos.

Estás a solo 5 pasos de conseguir impregnar de la más pura esencia nórdica cada uno de los rincones por los que está formado tu hogar. Interioriza estas ideas y benefíciate del equilibrio y armonía por las que está caracterizado el estilo nórdico en la decoración de interiores. ¿Preparado? 3,2,1... toma nota.

1. Sé simple: "menos es más"

La simplicidad en los interiores es una característica esencial del estilo nórdico. Dicho de otro modo, se trata de una forma de decorar basada en la eliminación de todo aquello que suponga un exceso visual o que esté de más. Para conseguirlo, es importante que los espacios se mantengan lo más despejados posible, ayudando así a conservar y potenciar su pureza.

Dicho de otro modo, se trata de una forma de decorar basada en la mínima expresión. De hecho, uno de los principios fundamentales del diseño nórdico es el llamado «less is more», una filosofía que cada día resulta más atractiva ya no solo para los decoradores, sino también para los particulares que buscan sentirse realmente acogidos en sus estancias, sin que esto pueda suponer un gran esfuerzo para ellos.

Así que si quieres empezar tú también a involucrarte en una decoración nórdica, comienza preguntándote y decidiendo qué elementos de tu hogar son imprescindibles y cuáles no lo son. Después, selecciona los muebles y objetos que más te gusten o que mejor reflejen tu personalidad y que, por supuesto y más importante, mejor se adapten a tus necesidades.

¡Mantén los espacios siempre limpios y ordenados! Y recuerda que en el estilo nórdico, belleza y funcionalidad van de la mano.

2. Utiliza la iluminación de forma creativa

La luz natural es muy importante en la decoración nórdica, pero también lo es la iluminación artificial. Es súúúper importante potenciar la entrada de la luz natural por las ventanas y, para ello y estrechamente relacionado con el punto anterior, se buscan muebles que no entorpezcan esta fuente de iluminación.

De ahí la importancia de que el mobiliario esté formado por líneas sencillas y básicas y que no sea excesivamente alto, para no tapar la luz natural del exterior. Si eliges estores, estos han de ser muy simples y en colores neutros, para ayudar a que la iluminación sea siempre predominante.

Por otra parte, la luz artificial de cada estancia ha de ser suave y cálida, pues esto ayudará a crear una atmósfera acogedora frente al minimalismo y sencillez que caracterizan de forma global el estilo nórdico.

Existen algunas formas de jugar con estas fuentes de luz para destacar algunos de los rincones o zonas de tu estancia y que, así, decoren de una manera única y original. Por ejemplo, puedes elegir una lámpara o foco y dirigir su luz hacia un punto concreto de tu estancia, si quieres que éste tenga protagonismo o para crear un ambiente de lo más singular.

En cualquier caso, asegúrate de que tu estancia cuente con luz suficiente que aporte calidez, cercanía y abrazo, pues este es uno de los elementos más importantes para crear lugares realmente acogedores y confortables.

3. La madera es el mejor aliado del estilo nórdico

Eso sí, asegúrate de que su obtención sea a través de explotación controlada o, al menos, sea ecológica o reciclada. Porque la madera predomina en muchos de los estilos de decoración y es especialmente popular en esta tendencia nórdica, pero también es predominante a día de hoy, el contar con materiales respetuosos con el medio ambiente.

Baño de estilo nórdico con revestimiento de microcemento en la encimera del lavabo
Estudio de estilo nórdico con pared blanca de microcemento

La textura de la madera combinada con la simplicidad predominante del estilo nórdico es uno de sus encantos principales. Consigue crear un interesante contraste entre lo frío y lo cálido, dando lugar así a estancias que son tan acogedoras como sencillas. Y, de este modo, se consigue uno de los fundamentos especiales de la belleza contemporánea.

4. Colores neutros: la auténtica esencia nórdica

Cuando piensas en el estilo nórdico en decoración, es inevitable que una de las primeras imágenes que te venga a la cabeza sea la del uso del blanco como color predominante. Una asociación en la que paredes, suelos y mobiliario son el más fiel reflejo de la pureza predominante en este estilo decorativo. Y qué placer percibir los espacios como puros, relajados, acogedores.

Pero, por otra parte, te preocupa (y es normal) que el predominio del blanco pueda hacer que tu casa se vea excesivamente fría, aburrida, monótona. Y esto, créenos, no dejaremos que ocurra.

Porque el encanto del estilo nórdico es poder realizar combinaciones del blanco con otras tonalidades neutras, creando así interesantes relaciones visuales. Colores como, por ejemplo, el beige o el gris para crear una base sólida para la decoración, dando lugar así a una sensación de calma, tranquilidad y relax a lo largo de todos y cada uno de los rincones de tu hogar. ¿Puede haber algo más agradable que esto?

Utiliza estas pinceladas de color en los detalles del mobiliario, textiles o demás elementos decorativos como llamada de atención en tus estancias y otórgales una dosis extra de encanto y personalidad. Te sentirás atrapado por su atractivo.

5. Inspiración en la naturaleza mediante textiles y texturas

Los países nórdicos están caracterizados por contar con un impresionante entorno natural. Paisajes dominados por la belleza de la naturaleza, escenarios que nos recuerdan a bosques y campos y que dominan frente al componente industrial de las ciudades. Y esto, ha de verse plasmado también en su decoración, pues es algo que hace destacar al estilo nórdico, que lo convierte en único.

Por ello, la conexión con la naturaleza es uno de los puntos fuertes en los que se basa el estilo nórdico. Evocar lo natural es otra de las maneras de aportar calidez y abrazo en la decoración y, así, contribuir a que las estancias no resulten extremadamente monótonas.

La lana, el algodón y las fibras naturales son excelentes para crear un ambiente acogedor y natural. Y esto es muy representativo del estilo nórdico, pero nos tiene también acostumbrados en cualquier tipo de decoración. ¿O a caso las cestas de mimbre no son un en la mayoría de las viviendas?

Decorar a través de los textiles y las texturas es una manera ideal de decorar sin recargar el ambiente. Y esto, recuerda, es fundamental en este tipo de decoración. Y, además de fundamental, resulta excesivamente fácil.

Puedes incluir elementos de mimbre o rafia en los detalles pero también en alfombras o textiles. Siempre te quedará la lana y el algodón para los cojines y mantas de tu sofá o cama. Es muy fácil y efectivo y aporta ese toque de calidez que caracteriza la decoración nórdica para la creación de ambientes acogedores y completamente naturales.

Porque lo sencillo es encantador y tan simple es la decoración basada en la influencia nórdica como sencillo es que impregne cada uno de tus rincones. Y, además, asequible. ¿Quién da más?

Microcemento: uno de los grandes materiales inspiradores del estilo nórdico

Si has llegado hasta aquí es porque, definitivamente, estás deseando que el estilo nórdico impregne todas y cada una de las áreas de tu hogar.

Gracias a Smartcret ya eres todo un experto en este estilo y te has tatuado a fuego cuáles son los trucos para conseguirlo de manera fácil y efectiva. Pero esto no queda aquí, porque tenemos algo más que contarte. Y es que, existe un material que es la crême de la crême para que la tendencia nórdica sea un miembro más en la decoración de tu hogar. Y ese es nuestro microcemento.

Bonito recibidor decorado con estilo nórdico y microcemento en la pared